Hace ya seis años que acabé mi Zenair y siempre había tenido en mente pulirlo al más puro estilo de los aviones estadounidenses que vemos en montones de festivales y en las preciosas fotografías que circulan por las redes sociales. En principio lo dejé en aluminio sin pulir, que ya me parecía un acabado precioso, y así lo he tenido hasta hace poco.
A parte de la falta de tiempo y la pereza que da acometer cualquier trabajo que te deje el avión parado, el principal motivo de no hacerlo hasta ahora ha sido el desconocimiento de la manera más correcta de hacerlo.
En los últimos años he tenido la suerte de coincidir en la Vuelta Ibérica que organiza AEPAL con Joan Comas, conocido constructor de VANS RV, que me aconsejó debidamente sobre los productos necesarios y su aplicación. Seguro que la mayoría de vosotros ha visto su RV-8 acabado en aluminio pulido y decorado con las líneas del “día D”. Y es muy posible que os hayáis pasado por el aeródromo de Matilla y hayáis visto el RV-7 de Pascual Cantos acabado con un patrón similar al avión de Joan pero con detalles rojos en vez de azules. Ambos aviones son espectaculares y a todos se nos cae la baba cuando los vemos.
No os lo voy a poner todo de color de rosa. Es trabajoso y, como dice Joan Comas, el secreto es no ser muy ambicioso durante el trabajo. Es decir, que hay que ir a trocitos pequeños y no avanzar hasta que estén bien pulidos.
Seguro que si buscamos con insistencia, encontraremos multitud de productos aptos para el pulido de aluminio que nos darían un acabado similar. Pero si miráis en Aircraft Spruce, la principal web de la que todos tiramos, encontraremos los productos que me aconsejaron Joan y Pascual. Los de la marca NUVITE. Tienen un abanico de pastas de pulir que van desde la más abrasiva hasta la que proporciona el llamado “acabado espejo”, que es con la que hay que rematar el trabajo y que lleva un aditivo protector del aluminio.
Siguiendo el consejo de los que saben, me hice con un kit que contenía toda la gama de pastas en su formato más pequeño y los fui probando para familiarizarme con la forma de trabajar.
Lo primero que descubrí es que hay que perderle completamente el miedo porque nunca vamos a estropear el aluminio si somos cuidadosos con la limpieza de las mopas o los paños que usemos. Cada minuto de trabajo que utilicemos solo mejora y sigue mejorando el acabado.
Al principio me dio por ir añadiendo agua para mantener la mopa húmeda durante el pulido, cosa que me desaconsejó Joan Comas. Efectivamente, pude comprobar que el trabajo cunde mucho más si se deja ir secando la pasta durante su aplicación hasta que está seca del todo y acabamos por llevárnosla con la propia mopa.
Lo último que descubrí es que uno se puede saltar todos los productos de grano intermedio y que el acabado es suficientemente bueno. Solo con aplicar el de grano mas grueso y rematarlo con el de “acabado espejo” el resultado es espectacular. En la anterior foto veréis que solo he comprado tarrinas grandes de estos dos.
Respecto a las herramientas a utilizar, las hay completamente específicas para este trabajo. En la web de NUVITE encontrareis pulidoras con dos brazos rotatorios y toda una colección de mopas de diferentes suavidades para un acabado perfecto. Yo me las he apañado con una lijadora orbital de velocidad ajustable normal y corriente con una mopa de fieltro compacto para aplicar el producto de grano grueso y otra mopa de pelo de algodón suave para aplicar el “acabado espejo”. Para los rincones difíciles he utilizado una de esas lijadoras pequeñitas con forma de plancha de la ropa, la cual ha hecho el trabajo a las mil maravillas. Sabed también que el trabajo se puede hacer a mano con paños de microfibras suaves. Yo lo he probado y el resultado es sorprendente. Pero claro, te eternizas. Para rematar detalles está muy bien pero para hacerte un plano entero…..uff!
El otro dilema con el que hay que lidiar es el acabado de los wingtips, los capots del motor y demás elementos de fibra. Mi pretensión es que se vean lo más parecidos posible al aluminio pulido, así que estoy jugando con varios acabados de pintura que simulen el cromado. Pero es más resultón pintarlos en un color llamativo que contraste con el aluminio.
Todo el mundo hace al respecto las mismas preguntas: ¿Y no lo barnizas después para proteger el aluminio? ¿Y qué pasa con los remaches? ¿No te comes mucho espesor de aluminio al pulir? ¿Y eso dura para siempre?
Como sabréis, el aluminio genera en su exterior una capa de alúmina u óxido de aluminio que es blanquecina y que frena algo el proceso de corrosión. Sin embargo, con los años le van saliendo a esa alúmina manchas aún más blancas que no auguran una buena protección para el material de debajo. Durante el pulido, básicamente retiramos esa capa de alúmina y le cerramos los poros al material, dejándolo más “impermeable” a los agentes externos, todo ello reforzado por el aditivo protector que le damos con el producto de acabado. He medido un corte de chapa antes y después de pulir y no aprecio diferencia de espesor. Habría que utilizar un micrómetro para apreciar el desgaste.
Respecto a los remaches, si están enrasados con la piel como en los Rvs, no hay problema. Si no lo están, como en mi caso, tan solo hay que ser algo más puntilloso puliendo a su alrededor y en la retirada de la pasta sobrante para minimizar la cantidad de restos oscuros en torno a los mismos. Personalmente me encanta el efecto resaltador de los remaches que queda.
En cuanto a la durabilidad del pulido, aún no he podido comprobarla, pero los expertos repasan su avión con “acabado espejo” una vez al año, más o menos. Y, por supuesto, nada de barnices ni lacas, que no se adherirían bien sobre una superficie tan lisa y falta de poros.
Aun me quedan por pulir las alas y el avión ya se ve espectacular al sol. Creo que el resultado estético merece la pena y, si aún no os convence, pensar en los kilos de imprimación y pintura que no tendréis que llevar en cada vuelo.
Luis Miguel González
AAE_1108 y Vocal
Fotos: Nacho González