El día 15 de septiembre se celebró la reunión NorOeste de la AAE en Monforme de Lemos (Lugo). Esta es, junto con la SurOeste de Mérida, una constante en el calendario de la asociación.
Que iría (desde Madrid) estaba claro; ya el año pasado me quedé con las ganas y teniendo en cuenta la incondicional presencia gallega en todos nuestros eventos, no podía fallar! El “cómo”, en coche o en avión, estaba sujeto a la meteo principalmente, pero a la capacidad de repostar por el camino también. Dos días antes la meteo pintaba perfecta, difícilmente repetible, así que decidí ir en avión a costa de imprimir al viaje un poco de aventura.
Habiendo cambiado la hélice el finde precedente, me había quedado pendiente afinar el ajuste del paso a un valor más desahogado para el motor. Además, con sólo 50 litros de capacidad a bordo, no habiendo hecho nunca un viaje tan largo (450 km) con este avión, era mandatorio prever un repostaje por el camino. El aeródromo de Matilla, el mejor situado, estaría cerrado todo el finde así que en el peor de los casos, una garrafa y una pista por el camino me harían el apaño.
Ya desde Zamora (a unos 120km) la ruta está salpicada de algún aeródromo o pista forestal, terminando por la de Doade que se anuncia como alternativo para esperar a que la niebla de Monforte se disipe. Jose Antonio GUITIAN se preocupó de señalármelo porque la previsión era de niebla sobre Monforte hasta las 12 del mediodía.
Llegue algo más tarde, sobre las 13h30, tras un viaje delicioso de 3 horas. Los montes de León imponen, sobre todo tras un par de horas sobrevolando la meseta de Castilla, pero para un vasco es reconfortante reencontrarse con ese paisaje verde, de montes y valles que presenta aquella zona. La recepción atenta por radio según asomaba por el valle, indicando pista en servicio, una estupenda pista de hierba despejada en sus cabeceras. Desde el aire, habiendo llegado de los últimos, ya se avistaban bastantes aviones así como una actividad intensa... y algún avión en posición inusual? 22 aviones de todo tipo nos juntamos allí, y gente!
El reencuentro con tantos compañeros y el contacto con algunos otros que no conocía en persona estaba amenizado con un simpático aperitivo mientras de reojo reparaba en algún avión en construcción que se adivinaba en los hangares… interesante! Pronto después desfilamos hacia el autobús para ir a Monforte de comer.
Llegados al restaurante Casa Carballo en varios viajes, fue en el comedor donde se notó la cantidad de gente allí reunida. 53 comensales y una lástima no poder coincidir con todos a la vez! Con todo, la comida me resultó tremendamente interesante, amenizada por conversaciones sobre proyectos, anécdotas de unos y otros e historia de la asociación… y lo de comer muy rico todo y abundante!
Tras la comida, paseo por Monforte para algunos, pero yo al aeródromo con muchos otros, a escudriñar esas construcciones avistadas antes. Me puse en manos de Guitian, que me contó sobre sus proyectos pasados y el actual, un Gazaile cuya construcción todavía cabe en casa. Pronto me presentó al que había visto antes organizando lo de los autobuses, Jose Manuel MOUGAN, feliz titular del proyecto de restauración del Rans S7 Courrier que dominaba el hangar del aperitivo. Jose no es miembro de la asociación (aún) pero tiene mucho e interesante que contar sobre su proyecto, en un próximo artículo espero.
Al final de la tarde, con hangares cerrados y aviones sujetos, nos fuimos a Monforte a ocupar la habitación, una duchita y a cenar.
Estábamos un buen grupo alojados enfrente de la estación de tren, y en la misma estación, en el andén, fue donde nos sirvieron una cenita de raciones variadas. Después, algunos nos juntamos en un pub muy animado, en la margen del rio Cabe, a tomar un digestivo.
El domingo no había mucha prisa por volver al aeródromo: estaba prevista niebla hasta el mediodía con lo que el repostaje y preparación de la vuelta iba a ser tranquilamente. ¡Una nueva ocasión para charlar!
En mi caso el vuelo de vuelta fue mucho más animado, en un cielo salpicado de cúmulos que iban creciendo a medida que bajaba hacia el sur… ¡y botando todo el rato! En la sierra de Madrid ya se estaban montando tormentas e incluso descargando algún chubasco en las cimas, con la suerte de que mi ruta había hueco.
En fin, un fin de semana completísimo, de los que hacen afición. Mi agradecimiento a nuestros compañeros de Galicia por el esfuerzo de organización y la fantástica acogida.
Enrique Cueto
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